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viernes, 18 de diciembre de 2015

SABOREAR LA NAVIDAD

¡¡¡¡¡ Faltan solamente unos días para que llegue la Navidad !!!!!

¿Os gusta la Navidad? A mi me encanta


Desde muy pequeña siempre he deseado que llegue esta festividad, no solo porque venían los Reyes Magos, sino porque era el momento de reunión familiar, de cantar villancicos, decorar la casa y el árbol, de buscar musgo en el campo con los amigos para hacer el portal de Belén. Recuerdo la preparación de la cena de nochebuena, sacar la vajilla nueva, adornar la mesa… Pero lo que mejor recuerdo es el olor a hogar, el momento en el que llegaban los primos el año que tocaba en mi casa o el viaje hacia Sevilla el año que tocaba en la suya. Eso es lo que más me gustaba de la navidad, la reunión con toda la familia, y eso sigue siendo lo que más me ilusiona de estos días.

Con el paso de los años, la Navidad sigue siendo la fecha del año que más me entusiasma. Mi Navidad es muy bonita, la recibo cada año con la alegría e ilusión de una niña pequeña. En casa se siguen cantando villancicos con panderetas, zambombas, castañuelas y la botella de anís con la cuchara, sacamos la vajilla nueva, nos hacemos regalos, recitamos poemas, hacemos algún que otro teatro, y hablamos y reímos mucho, y os digo que somos muy poquitos los que ya quedamos en esta reunión, aunque ahora se van uniendo amigos a éste día.

Pero con la llegada del consumismo y de la vida rápida, en muchas familias, las cosas han cambiado bastante. Ya no se coge el musgo en el campo para el portal de belén, sino que se compra, no se cantan villancicos, sino que se conectan a spotify, no se habla en la cena, se envían y responden wassap, los niños no juegan ni corretean, porque están absortos con sus maquinitas o con los móviles de sus padres o madres.

En Navidad la familia se reúne, pero no siempre por afinidad, sino por compromiso. ¿conocéis a gente que le ocurre esto? Yo si, a muchos cuñados  o cuñadas que no se soportan y que ese día hablan de fútbol, de ropa o del tiempo, por decir algo, o cuñadas que se visten con sus mejores galas para competir con la otra.

En esta época navideña, las emociones se entremezclan, podemos sentirnos enfadados por compartir mesa con familia que no nos apetece, y vivirla con una gran tensión, o sentir una enorme soledad y tristeza por no tener a nadie con quien estar estos días.
La publicidad no deja de hablarnos de amor, familia, compartir, regalar, solidaridad, paz…y parece que si el día 24 de Diciembre no tienes esos componentes, eres la persona más desgraciada que pisa la tierra y empiezas a compadecerte de tu vida, de tu situación  ¿pero que pasa el resto del año? El resto del año no se nos bombardea con esta idea, por lo que ni tan siquiera hay sentimiento de soledad, y si lo hay se vive de otra forma.

Quiero decir con esto, que hay familias que se reúnen aún sin soportarse, respirando una tensión intensa en la mesa, por el solo echo de no estar solos ese día. Entonces, ¿como sobrevivimos a esta dicotomía? ¿Ceno con alguien que no soporto y que pase rápidito la noche, o me quedo en casa, viendo la televisión y hago como que no pasa nada, como que a mi todo esto me da igual?
En la mayoría de los casos, se elige No cenar en soledad…pero tampoco se disfruta la Navidad.

Os dejo un enlace de una canción de la ANTINAVIDAD, que me he reído mucho con ella y describe la parte de hipocresía que en muchos casos conlleva esta fiesta.

Por eso esta época en la que todo debe ser amor y felicidad, se debe gestionar muy bien a nivel emocional para no sucumbir a un estado de ansiedad o depresión. 

La Navidad es la festividad en las que más emociones se descargan: amor, odio, tensión y ansiedad, soledad y tristeza, alegría y felicidad...

Debemos aceptar que es una fecha para compartir con amigos y familia, pero solamente si así me apetece, no estamos obligados a ello. Debemos dejar actuar nuestra libertad para tomar la decisión de como quiero pasar estos días y con quién. 

La familia y los amigos son muy importante en la vida de las personas, pero no hay que atarse a ellos a toda costa. Conozco a gente que no soporta pasar la Navidad en familia, y entonces sigilosamente se quita de en medio haciendo aquello que más le gusta hacer en la vida que es viajar.

Otros han decidido pasar la Navidad con amigos, con los que se sienten más unidos que con la familia. 

Hay algún amigo que decide libremente quedarse solo, y no celebrar la Navidad. 

Todas estas decisiones, hacen menos daño que compartir cena con alguien que no soportas, solo porque es Navidad. 

Lo ideal es decidir libremente, sin ataduras y haciendo aquello que se desea, y no dejarse llevar por lo que la sociedad o cultura en la que estamos inmersos nos obliga a hacer.

Hay que prestar atención también a como sentimos la navidad cada uno de nosotros, escuchar nuestra vocecita interior y permitir que se exprese con sinceridad, solo de esta forma seremos libres en la decisión que se tome. 

NAVIDAD Y NUEVOS PROPÓSITOS.

¿Y que hacemos con el refrán que nos dice que "no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy"?

La Navidad también se propone como un punto y aparte en nuestra vida. Nos volvemos a engañar a nosotros mismos con nuevos propósitos de enmienda y cambio. Nos decimos- "después de navidad me pongo a dieta, me apunto al gimnasio, empiezo a estudiar, retomo el contacto con aquellas amigas o amigos que no veo desde hace tiempo". 

¿Cuál es tu nuevo propósito después de navidad?

Yo te propongo que empieces ahora mismo, no esperes a que acabe la Navidad, esto te dará autoestima y te hará fuerte, ya sabes, intenta hacerlo aquí y ahora. 

A mi siempre me ha gustado hacer una lista con los nuevos planes para ponerlos en marca cuando pase la Navidad, pero este año creo que no voy a proponerme más que vivir el día a día, disfrutar de mis amigos, familia y sobre todo, de mí misma. 


¡¡ VIVIR!!! Antes, durante y después de la Navidad, compartir amor todos los días del año con aquellos que yo quiera, regalar cada vez que me apetezca, cantar y bailar cuándo se muevan mis músculos. Reír  sonreír y seguir viviendo….siempre mirando hacia adelante, siempre mirándote a ti.








martes, 1 de diciembre de 2015

HOSPITALES Y COMO SOBREVIVIR A LA INCERTIDUMBRE


He pasado muchos momentos compartiendo tiempo,dolor, miedo, risas, rabia y alegrías en los hospitales con familiares, compañeros de habitación y de planta, y con profesionales de la sanidad.

Vivir como acompañante de algún ser querido en un hospital es la máxima expresión de las emociones descritas anteriormente, pero también supone la más grande de las incertidumbres. Cualquier persona que haya vivido esta situación puede con total seguridad dar cuenta de ello.

La vida en los hospitales debo abordarla desde muchos puntos de vista, aunque todos estén conectados entre sí y sean completamente interdependientes.

Voy a describir las siguientes partes que componen este entramado hospitalario, asociandolo como no a las emociones, así, lo analizo desde el punto de vista de:

1. La persona enferma.2. La persona  acompañante.3. El personal sanitario.4. Las personas visitantes

1. LA PERSONA ENFERMA

Es este peldaño el más importante de toda la escalera, aunque muchas veces y en muchos ámbitos (por ejemplo políticos), no se tenga en cuenta.

Los pacientes son personas, con sentimientos y emociones fuertes.  El miedo unas veces, el dolor otras, el estado de ánimo, el desasosiego, la soledad...etc generan un estado de indefensión inimaginable.

En estos momentos de hospitalización, la mera  sonrisa de un sanitario supone una alegría tan intensa que hace subir las endorfinas tan beneficiosas en estos momentos. El buen ánimo de toda persona enferma es requisito indispensable para una pronta recuperación. 

Si queréis leer más sobre las endorfinas os dejo el siguiente enlace: http://www.reverse-therapy.es/que_son_las_endorfinas-faq-2-15.htm

La persona hospitalizada necesita ante todo información veraz,  comprensible y continúa por parte de los profesionales que les atienden.

De ellos también demandan trato humano y personalizado, porque en muchas ocasiones se sienten números en lugar de personas.

Y de sus familiares quieren solo cariño, amor, compañía y comprensión. La tranquilidad del acompañante es la seguridad del paciente.

2. LA PERSONA ACOMPAÑANTE.

La persona que acompaña vive en general con más miedo que el propio paciente, pues entre otras cosas no detecta la capacidad de aguantar el dolor de la persona a la que cuida. 

Hay que decir, que acompañantes hay de muchos tipos, unos más diligentes y espablilados, y otros menos. También existen los empáticos, estos viven a la par el dolor ajeno. Y luego están los otros, los que van a hacer "bulto" que perjudican más que benefician. 

Yo aquí quiero hablar de los colaboradores-empáticos. Estos acompañantes no dejan pasar una ocasión para dar lo mejor de sí.  Preguntan al personal sanitario con diligencia todas las dudas sobre la situación y cuidados que necesita el paciente, lo cuidan como si se cuidaran a ellos mismos. Les gusta estar bien aseados y arreglados, nada de ir desaliñado, pues el enfermo necesita ver buenas caras a su alrededor. 

Los acompañantes pasan gran incertidumbre y miedo mientras dura la hospitalización, porque a pesar de ser empáticos, no están en la camisa de la persona enferma, ni tienen los conocimientos del personal sanitario, así que se les ve por los pasillos del hospital, con cara acelerada, unas veces, lágrimas en los ojos otras, intentando dar todo el ánimo y energía a la persona a la que cuidan,  a pesar de que a ellos les faltan muchas veces las fuerzas para seguir allí, sentados en un sillón incómodo. 

Hay acompañantes que pasan tanto tiempo en el hospital que para ellos el simple hecho de ir a ducharse o comer algo caliente es todo un priviligio, pero nunca los verás quejarse delante del enfermo. Aquí, las mejores cuidadoras y más sacrificadas suelen ser las mujeres, no cabe duda de la carga cultural que aún llevamos encima. 

He podido conocer y convivir con mujeres de pueblos que no se han movido del lado de su marido en semanas, lavándose como pueden, durmiendo en el sillón, y comiendo el menú en el bar de al lado. Me encanta charlar con ellas en el hospital, son un gran entramado de sensaciones y emociones. 

3. EL PERSONAL SANITARIO

Como en todas las profesiones, hay profesionales buenos, malos y regulares. 
Aquellos que ponen alma en su trabajo, y aquellos que lo viven de una forma mecánica. 

A aquellos que ponen ilusión y voluntad en su trabajo, y que es vocación lo que sienten se les reconoce enseguida.

He tenido la oportunidad de hablar con algunas de ellas, y aquí voy a resumir lo que me han contado. De estas experiencias solo puedo nombrar las buenas atenciones recibidas y la profesionalidad de la planta de urología del hospital de Granada, que cada día nos sacan una sonrisa.

Me contaron, con ojos ilumninados y sonrisa en la boca que  lo más bonito e importante de su profesión es el paciente. -"Cuándo entro por las puertas del hospital, pienso, ya estoy aquí, ahora a trabajar con mis pacientes y en ese momento me vengo arriba y me sale la sonrisilla de la boca, soy feliz aquí, me gusta mi trabajo"-. 

Que lo más importante para trabajar es dejarse los problemas en casa, y empatizar con los enfermos. -"Una cosa es la empatía y otra la simpatía-" Que hay que ser muy empáticos, ponerse el lugar de la persona a la que estás atendiendo. 

También hay enfermos y familiares muy quisquillosos y de trato difícil, lo que se llama "un mal paciente", pero que cuándo recapacita, comprende que detrás de cada "mal paciente" hay una historia dura y oculta, entonces se da cuenta en seguida que son los que más empatía y atención necesitan. 

Otra profesional sanitaria me contaba que lo más importante en esta profesión es la vocación, porque se viven momentos mucha tensión y tristeza. 

Le pregunté a una sanitaria que esperaba del paciente y de los acompañantes, y me dijo que lo que necesitan es que se les tenga en consideración como profesionales, que sigan las prescripciones médicas, que confíen en ellas y hagan caso de sus tratamientos, comprensión por parte de acompañantes y pacientes. Ellas agradecen las preguntas y resolver dudas, que para eso están, porque de este modo se reduce la incertidumbre de todos. 

Tengo que decir, que afortunadamente he encontrado grandes profesionales, pero también y por desgracia, en otros tiempos de hospitales y en otros servicios, he encontrado al profesional que trata al enfermo como mera máquina y al acompañante se nos ha mirado con algo de desprecio, donde la humanidad se ha olvidado y se realizan las curas como si estuvieran tratando con ladrillos en lugar de con personas. A estos profesionales también se les reconoce rápidamente. Pero como me dijo una enfermera-"también tengo compañeros muy deshumanizados por el estrés y las malas experiencias, pero ellos también tienen una dura historia por detrás-"

Hubo una mujer sanitaria, que me dijo que era muy importante la meditación y el trabajo en autoestima y habilidades sociales para ellas, porque para hacer sentir bien a los demás, primero hay que estar bien consigo misma.   

Por otra parte no olvidemos que ellos tambien necesitan esa empatia y comprension por parte de pacientes y acompañantes. Se carga con muchas emociones ajenas cuando se elige esta profesion.. y desde luego por muy profesionales y humanos que sean tambien tienen sentimiemtos y viven con emociones intensas la situación de cada paciente.

Colaborar con ellos, pedir asesoramiento y consejo y confiar en su criterio los hace sentirse mejor y de esta forma podrán también dar lo mejor de ellas.

Agradezco en este post al personal que tan bien nos ha tratado, desde muchos ámbitos hospitalarios. A mi me han enseñado mucho.

4. A LAS PERSONAS VISITANTES

Las visitas en un hospital son agradecidas por pacientes y familiares, proporcionan moral, reducen el miedo y la inseguridad, dan ánimo, generan bienestar a todos, reducen la soledad, traen noticias del mundo exterior y de tu entorno cercano, del que se prescinde en época de ingreso hospitalario. 

Ahora bien, como en todo, las visitas deben estar organizadas. Una persona está en el hospital por estar enfermo, no está de vacaciones. Hay momentos que no tienen fuerzas ni para escuchar su propia respiración y es ahí donde esa visita se vive de una forma estresante. 

Como en el resto de los ámbitos, tenemos al buen visitante, al malo y al regular. Al que viene, apoya y se va para no cansar al enfermo; el que se sienta en la silla del acompañante y no hay forma de que se vaya, aún cuándo el enfermo está dando grandes muestras de cansancio, y al que viene a desahogarse al hospital aprovechando que nadie puede salir corriendo y dejarlo con la palabra en la boca. 

Luego tenemos a los visitantes de los compañeros de habitación, a los que nos sabemos como hacerles comprender que la persona que hay al lado está muy enferma y no tiene ganas de que consuman todo el oxígeno de la habitación y hablen o griten o rían todos a la vez. Esto en algunos hospitales está muy controlado, hay otros en los que ese control es nulo. 

Aún así, más de dos visitas por paciente en una habitación no debería haber. No podemos olvidar que los pacientes necesitan respeto, intimidad, descanso y relajación para curarse. Además un elevado número de visitas también entorpece la labor de los profesionales. Por todo ello, cuándo visitemos a seres queridos, seamos prudentes, y pongámonos en su lugar. 

Por último, he leído artículos interesantes sobre la medicina alternativa y complementaria que comparto con vosotros.  

MEDICINA COMPLEMENTARIA/ ALTERNATIVA

¿Qué es la medicina complementaria y alternativa?

http://kidshealth.org/teen/en_espanol/seguridad/alternative_medicine_esp.html#

El siguiente enlace explica que ya se van introduciendo este tipo de terapias en hospitales de la seguridad social. 

Estamos aproximándonos cada vez más a este tipo de tratamientos. 

http://www.lavanguardia.com/vida/20140629/54410476331/terapias-energeticas-hospitales-publicos-medicina-integrativa.html

El siguiente enlace nos ofrece un artículo para el personal sanitario y pacientes: Meditar para Sanar: 

http://www.elcorreo.com/bizkaia/sociedad/salud/vida-sana/201503/20/meditar-para-sanar-20150320101440-rc.html

El Reiki ahora tiene una explicación científica:

http://www.ecoportal.net/Temas-Especiales/Salud/El_Reiki_Ahora_Tiene_Explicacion_Cientifica

Dos hospitales públicos aplican terapias de sanación con las Manos: 

- Hospital 12 de Octubre
- Hospital Ramón y Cajal.

http://www.ecoportal.net/Temas-Especiales/Salud/El_Reiki_Ahora_Tiene_Explicacion_Cientifica


Termino este post dando luz y esperanza a todas aquellas personas que están hospitalizadas, porque aún teniendo todos los elementos anteriores de su parte, el sentimiento y el miedo que pasan allí dentro es algo que solo ellos saben.




miércoles, 25 de noviembre de 2015

5 FORMAS DE DISFRUTAR EL OTOÑO




En Otoño, las hojas de los árboles se caen, porque su actividad    disminuye para poder adaptarse a la carencia de nutrientes de unos suelos más helados y con menos horas de sol. Lo que en realidad hacen es desprenderse de las hojas, que consumen más de lo que producen. De esta forma, los árboles eliminan aquello que no les sirve y es de esta forma como se van renovando con hojas nuevas cuándo el sol vuelve a brillar y el suelo está más fuerte. 

Las personas, como seres vivos, vivimos un proceso similar en esta época del año, nos sumergimos en un estado de animo basado en el recogimiento interior. Nos permite además, conectar con la familia, el hogar, nos invita a pensar en cambios que queremos introducir en nuestras vidas. Comenzamos un proceso de limpieza interna, eliminando de este modo aquello que nos produce malestar, de forma similar a como los árboles eliminan sus hojas. 

Por eso, es un buen momento para pasear con tranquilidad, pensar en nosotros mismos, y ordenar todas las ideas que el loco verano nos desordena. 

A mi me gusta mucho el Otoño y por eso os dejo aquí 5 formas de disfrutar del mismo.

PARA DISFRUTAR DEL OTOÑO:


1. PASEOS POR EL CAMPO. El campo está precioso en otoño, nos invita a la reflexión interior y a la confidencia entre amigas. Nos reporta beneficios para el cuerpo y para el alma. Respiramos aire puro y limpio que nos permite eliminar toxinas y aporta oxigeno a nuestro cerebro, con lo que las ideas se aclaran mejor.  

Con los paseos, alimentamos la vista al observar diferentes paisajes con una gama de tonalidades impresionantes.  Entramos en contacto con la naturaleza y eso tiene un efecto desestresante, nos hace tener una visión más amplia y nos engrandece el corazón.
Si paseamos solas, nos permite pensar en intereses personales, nos aclara las ideas y nos hace ver una gama amplia de posibilidades a elegir. 
Si lo hacemos con amigas, nos ayuda a hablar, a expresar emociones y contarselas a otra persona, nos reímos más compartiendo anécdotas y experiencias y eso ejerce un efecto muy beneficioso para nuestro estado anímico y físico.





2. DEJA CAER AQUELLO QUE TE DAÑA. De la misma forma que las hojas caen para que el árbol se libere de aquello que no necesita, las personas necesitamos también eliminar aquello que nos hace daño y que no necesitamos. 
El otoño es un buen momento para deshacerse de ideas negativas y comenzar a crear nuevos patrones de pensamientos constructivos. Escucha a tu yo interior para comprobar cuales son tus necesidades y tus carencias, es así como podrás iniciar nuevas experiencias, y experimentar emociones más positivas. Elimina aquellas emociones negativas que hacen que pierdas tu tiempo y tu energía porque esto te desgasta como persona y aporta muy poco a tu vida. 
También es buen momento para dejar ir a esas personas que no te aportan nada, son las llamadas "vampiros energéticos", son personas manipuladoras que únicamente buscan saciar sus necesidades aunque para ello tengan que dañarte. 

3. TIEMPO PARA LA INSTROSPECCIÓN

En Otoño tenemos menos horas de sol y por tanto más tiempo para el recogimiento, para la vida en el interior. Este tiempo hay que  aprovecharlo para mirarnos hacia adentro, observarnos y analizarnos a nosotros mismos. Podemos pensar que es aquello que queremos, realizar planes personales, propuestas nuevas. 

En esta época, al tener menos luz, salimos menos a la calle, quedamos menos con los amigos y pasamos más horas de soledad y por tanto podemos pensar más en nuestro estado interior. 

Hazte las siguientes preguntas: ¿Quien soy? ¿Qué quiero hacer en mi vida? ¿Cómo me encuentro? ¿Cuales son mis emociones? Anótalas en un papel y guardalas en un lugar para poder comprobarlo al año siguiente y así verás tu evolución en ese año. Es un ejercicio muy emocionante…os lo aconsejo. 


4. MOMENTOS PARA COMPARTIR EN EL HOGAR

Estamos en un buen momento para poder recogernos en casa. Estar más cerca del hogar, compartimos más momentos con la familia. Podemos realizar muchas actividades dentro de la casa, como por ejemplo: jugar con mi familia a juegos de mesa, leer cuentos, ver películas juntos, hacer manualidades, organizar cenas con amigos. 

Volviendo al símil de las hojas de los árboles, que al caer los dejan más despejados, las casas también necesitan limpieza, eliminar aquellos objetos que no utilizamos, despejarla de cosas inútiles nos hará sentirnos mejor y nos ayudará a ver las cosas con mayor claridad. Todos esos objetos que no utilices, puedes regalarlos, donarlos o tirar aquellos que ya no uses. Al despejar la casa, despejarás también las ideas y simplificarás tu vida para centrarte en aquello que realmente tiene importancia. 


5. ALIMENTAR EL ALMA

Concede a tu vida algún momento de espiritualidad, no importa la religión o la creencia que tengas, pero la espiritualidad es necesaria para alimentar el alma, de la misma forma que la comida nos alimenta el cuerpo.

¿Cómo puedo encontrar esos alimentos para el alma? Yo los encuentro en muchas cosas y con diferentes actividades: la meditación, la contemplación, observar cosas bellas, el silencio, la música, la reflexión, la lectura, la charla con amigas…todas esas cosas alimentan mi alma, y aumentan mi espiritualidad.   
Hay otras formas, cada uno deberá encontrar la suya propia, y es recomendable que se haga, porque te sitúa en un plano emocional diferente. 

Por eso, el otoño, es un buen momento para darle a tu alma un espacio para crecer y desarrollarse, es de este modo, como podrás echar raíces profundas y aumentar tus ramas hasta que lleguen al cielo.







Y después de leer este post, ¿alguien se apunta conmigo a dar un paseo por el campo? 



lunes, 23 de noviembre de 2015

TENSIONES INTERNAS: DISONANCIA COGNITIVA


¿Alguna vez habéis dudado entre aquello que queremos hacer y aquello que debemos hacer? ¿Estas dos ideas son incompatibles entre si y te generan ansiedad, malestar, angustia? ¿Por qué se produce esta sensación? 

Un ejemplo: Me encanta comer chocolate, pero se que no debo comerlo porque me engorda, si lo hago, me intento consolar a mi misma diciendo: "es bueno si se toma poco", "no pasa nada por una vez", "mañana ya no tomo más…" y con esa argumentación intento reducir la contradicción que se genera dentro de mi.


Otro ejemplo: Cuándo discuto con mi pareja, mi hermana, mi hijo,  me siento fatal, porque yo tengo la creencia de "que la familia no se pelea", entonces el hacerlo me provoca tensión y ansiedad, y o trato de buscar un motivo: "me ha provocado" o trato de resolverlo pidiendo perdón.

¿ENTONCES, QUÉ ES LA DISONANCIA COGNITIVA?

Este es un concepto que surge del experimento que hizo el psicólogo León Festinger en 1957. Si pinchais en el siguiente enlace podréis ver un video del experimento: https://www.youtube.com/watch?v=jEUb1RIMygU


La disonancia cognitiva es la tensión interna del sistema de creencias, ideas y emociones que percibe una persona al mantener al mismo tiempo dos pensamientos que están en conflicto, o un comportamiento que es diferente de sus creencias.


La disonancia es una experiencia subjetiva y propia de cada persona, es decir, que ante el mismo contenido real, cada uno lo vive de una forma diferente.
 

¿Qué haces cuándo tienes dos ideas que son incompatibles entre si y te generan tensión?


Cuando aparece la tensión, surge un cambio: 

1. Podemos cambiar nuestra forma de pensar respecto a la idea previa. 

En el ejemplo anterior de la discusión de la pareja, puedo pensar que tal vez sea el momento de que la familia se pelee para conseguir mis objetivos y con ese pensamiento consigo vencer la tensión que me produce la contradicción entre lo que hago y lo que pienso.

2. Podemos cambiar lo que los demás piensan del tema para que nos apoyen en aquello que estamos haciendo, y de este modo nos sintamos en sintonía con los demás. 

Ejemplo, contándole a una amiga la discusión para conseguir que se ponga de mi parte. 

3. Podemos cambiar nuestro comportamiento para hacerlo compatible con mi idea.

Ejemplo, pidiendo perdón a nuestra pareja. 



Como habéis visto en estos ejemplos, la tensión que genera la disonancia cognitiva necesita ser resuelta a través de la autojustificación de nuestros pensamientos o comportamientos. 


Nuestro cerebro no soporta dos formas diferentes de ideas, emociones o creencias, por lo que tiene que buscar una alternativa para reducir de esa forma la tensión que nos produce el haber elegido una opción concreta.


Podemos hacer de la disonancia cognitiva una gran aliada nuestra siempre que seamos conscientes y no nos lleve al autoengaño. Si la usamos libremente, nos puede ayudar a sentirnos mejor con nosotros mismos. 


Y es que estamos diseñados para estar en consonancia con lo que pensamos y sentimos, todo lo que nos haga salir de eso, nos provoca una tensión emocional que tendremos que gestionar de forma positiva. 

Cuando sientas ansiedad, por no hacer aquello que piensas y actúas de forma diferente, no extrapoles esta tensión al resto de los acontecimientos de tu vida. 




A partir de ahora ya sabes que se trata de Disonancia cognitiva y que hay estrategias para reducir esa tensión. 




jueves, 19 de noviembre de 2015

7 RAZONES PARA SER FELIZ



Vivimos el día a día sumidos en una dicotomía de emociones: felicidad-tristeza; amor-odio; risa-llanto; ira-calma; miedo-valentía… y así, cada estado emocional  tiene su contrario, su pareja. 

Nosotros tenemos el poder de escoger que emoción queremos que se manifieste en cada momento de nuestra vida,  independientemente de los hechos que ocurran, y todas estas emociones son necesarias para vivir, cada una de ellas ocupa su lugar y tiene su hueco en nuestro mundo interno.

Por ejemplo, no podemos vivir felices si no hemos experimentado la tristeza. El estado de euforia o de felicidad no puede ser eterno, también necesitamos momentos de introspección y búsqueda interior para saber quienes somos y hacia donde nos dirigimos. Es esto lo que nos aporta la tristeza, un lugar en el que podamos pensar, meditar y dirigir nuestra vida hacia el sendero que consideremos necesario.


En la película "Del revés", la alegría se encarga de mantener a Riley con optimismo, con energía y felicidad. La tristeza aparece como una emoción negativa, es el personaje que más molesta al resto, pero finalmente se demuestra que es una de las emociones más importantes, porque nos permite pensar en nosotros mismos, reflexionar y plantear soluciones. 

Pero este post que aquí escribo hoy trata sobre la emoción de la felicidad, ya se que os debo uno sobre la tristeza, pero hoy hace un día radiante, soleado, me siento feliz y por eso quiero dar las razones por las que me siento feliz. 





Comienzo de uno en uno:

La familia, el amor y los amigos: Ellos son mi creencia, mi esencia, mis pilares básicos de la vida. Sacan lo mejor de mi y me hacen feliz porque comparto momentos muy especiales junto a ellos y siempre lo hago con plenitud, sintiendo que soy yo misma. 

Las risas. Tener risas con gente que te acompaña o contigo misma, mientras ves una película, lees un libro, o presencias alguna escena en la calle. Esas risas que a veces son a carcajadas y otras solo una sonrisa. Reír y sonreír me hacen feliz, me elevan al estado de euforia que hacen que se vean las cosas con una perspectiva muy divertida. 

Los besos y los abrazos. Siempre me hacen feliz. Logran que me sienta viva, que sienta el roce de otra persona, noto amor, amistad. Me siento segura cuándo hay besos y abrazos que me rodean. Me siento viva, alegre, humana.

La música. No hay nada mejor que una canción que te haga mover todo el cuerpo bajo su armoniosa melodía. La música eleva el alma, ennoblece a las fieras. La música es una gran razón para ser feliz…aquí encuentras tantas bonitas historias, que es difícil no sentirse viva.


 Así que ya sabéis…..


Poned música y bailad, y si podeis hacerlo abrazando a alguien, no dudéis que eso os dejará un momento de felicidad sin precedentes.

martes, 17 de noviembre de 2015

CUANDO EL CORAZÓN SE LLENA DE PAJA


   


Estoy abrumada con la cantidad de noticias terribles del mundo, de ese espacio en el que yo vivo.
Violencia de género, ataques terroristas, bombas, guerras, sangre, muertes, niños hambrientos, gente sin hogar, refugiados que huyen….

¿QUÉ LE PASA A LOS HUMANOS?

Escuchamos sobre intereses políticos y económicos, gobiernos que quieren el poder por encima de todo y de todos, ejércitos de humanos preparados para destruir y autodestruirse, y yo aquí reflexionando sobre todo esto y desbordada por la tristeza de tanta muerte y tanto odio, me pregunto: ¿Dónde hemos dejado el corazón? ¿lo hemos llenado de paja para no sentir?

Se antepone el poder y el absolutismo  de unos ideales, a la vida de las personas, a la felicidad, a la convivencia y tolerancia. 

No me gusta el futuro que estamos dejando a nuestros hijos, vivimos con el miedo, con el terror, incluso con el pánico en muchos lugares de la tierra. Vivimos con corazones rotos de odio. 

Me gustaría vivir en un mundo sin odio, sin barreras, donde todo y todos tienen cabida, en el que hay respeto y tolerancia, dónde las personas suman y no restan. Imagino un mundo limpio, en paz, responsable, sabio….IMAGINO….. 



Imagine de John Lennon. 





Al nacer, aunque no lo parezca,  vivimos desde el corazón, es nuestra capacidad natural, esa es nuestra esencia, vivir en paz. Luego viene lo otro…impuesto, aprendido. 
Lo primero que se desarrolla en un feto es el corazón, que guía la formación del resto del cuerpo. Pues es así, solo desde el corazón abierto, inmenso y lleno de amor podemos mirar la vida de otro modo y actuar en consecuencia. 



Vamos a hacer un ejercicio para hacernos conscientes de nuestro corazón:
Cierra los ojos, inspira contando hasta 8, mantén la respiración dentro todo lo que puedas y dirige tu pensamiento hacia el corazón. ¿lo notas, lo sientes, lo percibes?.

EL CORAZÓN, ES LO MÁS IMPORTANTE QUE TENEMOS. 

Para volver al corazón, debemos trabajar para ello, porque el alma de las personas está muy aturdida. Han resurgido movimientos importantes, tendencias actuales que vuelven a la esencia de la vida con corazón. Terapias basadas en trabajar desde el corazón, libros que hablan de vivir desde el corazón, artículos, blog. ¿Se ha puesto de moda esto de vivir con el corazón?


Ante tanto terror y odio, debe resurgir el vivir desde dentro, pensando desde el corazón, viviendo, amando, respetando, tolerando desde su más íntima fibra. Dejando que deje de ser paja, dando sentido, dotándolo de la más amplia importancia, cuidando y regando de él como se merece.


¿Por que se vuelve de paja el corazón? 

La miseria, la desesperación, la soledad, el andar en un camino perdido sin salida, la avaricia, el poder, las heridas internas no sanadas, la poca visión de futuro, el hambre, la frustración, incluso el miedo. Todos ellos son buenos alimentos para tener un corazón de paja, al que no dudan en sustentar los líderes que nos dirigen. 

Se les ha secado el corazón, se les ha convertido en paja, ahora no son humanos, se han vuelto espantapájaros…en este caso en espantapersonas. 

Ahora solo les queda una tarea, encontrar al Mago de Oz…y que la vida vuelva a su corazón.

















viernes, 13 de noviembre de 2015

DESESPERANZA


         "El más terrible de los sentimientos es el
                         sentimiento de tener la esperanza muerta"
                                                 Federico García Lorca


He leído un fragmento de Doña Rosita, la Soltera de Federico García Lorca y me ha sobrevenido un sentimiento fuerte de desesperanza. 

Os dejo aquí el fragmento:

"Me he acostumbrado a vivir muchos años fuera de mí, pensando en cosas que estaban muy lejos, y ahora que estas cosas ya no existen, sigo dando vueltas y más vueltas por un sitio frío, buscando una salida que no he de encontrar nunca. Yo lo sabía todo. Sabía que se había casado; ya se encargó un alma caritativa de decírmelo, y he estado recibiendo sus cartas con una ilusión llena de sollozos que aun a mí misma me asombra. Si la gente no hubiera hablado; si vosotras no lo hubiérais sabido; si no lo hubiera sabido nadie más que yo, sus cartas y su mentira hubieran alimentado mi ilusión como el primer año de su ausencia. Pero lo sabían todos y yo me encontraba señalada por un dedo que hacía ridícula mi modestia de prometida y daba un aire grotesco a mi abanico de soltera. Cada año que pasaba era como una prenda íntima que arrancaran de mi cuerpo. Y hoy se casa una amiga y otra y otra, y mañana tiene un hijo y crece, y viene a enseñarme sus notas de examen, y hacen casas nuevas y canciones nuevas, y yo igual, con el mismo temblor, igual; yo, lo mismo que antes, cortando el mismo clavel, viendo las mismas nubes; y un día bajo al paseo y me doy cuenta de que no conozco a nadie; muchachos y muchachas me dejan atrás porque me canso, y uno dice: «Ahí está la solterona», y otro, hermoso, con la cabeza rizada, que comenta: «A ésa ya no hay quien le clave el diente». Y yo lo oigo y no puedo gritar sino «vamos adelante», con la boca llena de veneno y con unas ganas enormes de huir, de quitarme los zapatos, de descansar y no moverme más, nunca, de mi rincón" 


Hay momentos en los que vivimos situaciones complicadas que nos llevan a un abismo que creemos sin retorno. Cuestiones como el desempleo, el desamor, la jubilación, la separación, la sensación de nido vacío o incluso el vivir parado en nuestro pasado o con miedo al futuro, hacen que estremos en un cajón desastre de emociones desesperadas que no nos hacen ningún bien.

El pozo oscuro al que nos conducen determinadas circunstancias consiguen que miremos la vida con una mirilla muy estrecha, y en ese momento perdemos de vista su inmensidad, las oportunidades que nos ofrece o la gente que tenemos alrededor. 

Hay ventanas que se abren y que están llenas de sensaciones emocionantes que tenemos que tener en cuenta, pero cuándo nos sentimos desesperados no somos capaces de verlas, por ejemplo en esta foto, ¿tú que ves?

Puedo mirar y ver una pared marrón, una chimenea, una ventana….pero también puedo ver la Alhambra, que luce bajo un cielo claro y a la que puedo ir a dar un paseo. 




Pero ¿QUÉ ES LA DESESPERANZA?   

La desesperanza es aquel estado de ánimo del ser humano que muestra una visión negativa de la realidad en la que se hace eco la tristeza, la depresión, y que afecta de forma muy importante a la baja autoestima, causa cansancio psicológico y físico llevando a la falta de acción para salir de esa situación.

¿Te ves o te has visto así alguna vez? 

Entonces, ¿Cómo puedo volver a tener esperanza?

Os dejo algunas recomendaciones:

1. Habla con alguien sobre tus sentimientos, cuéntale sinceramente que sucede en tu interior. No importa que la persona con la que hables sea amigo, terapeuta, psicólogo, familia, pareja...PERO CUÉNTALO. Esto hará que verbalices tus sentimientos, que los pongas sobre la mesa y de éste modo podrás afrontarlos con mayores garantías de éxito. También desaparecerá la soledad que sientes al hablar con alguien.

2. Medita sobre tu situación. Piensa hacia dónde te gustaría dirigir tu vida. Levántate y búscala. Te ayudará pensar en cosas que te ha gustado hacer en tu pasado, que te han motivado, que te hacían vivir. Una vez que recuerdes que cosas te movían por dentro, búscalas, lucha por conseguirlas. Puede referirse a un hobbit, una afición… Es importante que esta actividad la hagas fuera de casa, porque salir de casa en estos momentos es terapéutico en sí mismo.

3. Procura dentro de lo posible que te de la luz del día. Pasea al aire libre. Exponerse a los rayos de sol aumenta el estado de ánimo y nos hace ver la vida de una forma más amplia y relativizamos más los problemas. 

4. Deja atrás tu "victimismo". Si rebuscas en tus recuerdos, si haces consciente el día de hoy, y piensas sobre ello con tesón, te darás cuenta que ni todo es tan malo ni las cosas son blancas o negras. Siempre hay tonalidades. Y si rebuscas, encontrarás aquello que realmente te hace más feliz. 

5. Cree en ti. Nadie mejor que tu sabe que puede superar una situación. Céntrate en tu poder, en tu imagen…en tu ser. Piensa en lo mejor de ti, visualizado, ponlo dentro de una escena, como si te vieras a ti mismo en la televisión. 

6. Busca ayuda de especialistas. A veces creemos que no necesitamos ayuda, sin embargo, hay especialistas que trabajan para que te sientas mejor, para que pongas punto y final a esa desesperanza, para ofrecerte estrategias que hagan que veas más luz, allá donde ves solo sombra. 





miércoles, 11 de noviembre de 2015

EL FIN DE LA ESPERA


"OJALÁ QUE LA ESPERA NO DESGASTE MIS SUEÑOS". 
                                                  Mario Benedetti


Un día me levanté por la mañana y decidí que ya no quería esperar más. No quiero esperar más de mi, no quiero esperar más de los demás, no quiero esperar más de la vida. Entonces, decidí actuar, me liberé de esa responsabilidad de tener que cumplir continuamente con mis expectativas, de vivir esperando los deseos de los demás, esperar que de la vida lloviesen mis sueños. Fue esa mañana cuándo empecé a conseguir objetivos no esperados con recompensas añadidas. 

¿ME PREGUNTAIS QUÉ ES LA ESPERA? La espera es esa situación que no te deja pensar mas que en aquello que hoy podría estar pasando.






LA ESPERA DE UNO MISMO: 


Quien de vosotros no ha hecho nuevos propósitos de ponerse en forma cuándo pasen las navidades, después del verano, antes de una celebración... Pensamos que después de las  vacaciones estaré más descansado para atender a la gente que quiero y que les dedicaré más tiempo. Esperamos siempre que se de la circunstancia para estudiar algo que estamos deseosos de aprender, suponemos algún día le declararemos a alguien nuestro amor, que habrá lugar para hacer ese viaje que siempre hemos querido hacer, y que llegará la ocasión en la que podré ser feliz.

Todo aquello que realmente deseamos no depende de la espera. Esa es la excusa que tenemos para no intervenir y no coger las riendas de nuestra vida. Cuándo algo se desea con intensidad, la espera desespera y en consecuencia actuamos de inmediato para obtener el resultado esperado. Imaginad a dos amantes que se encuentran en la parada de un tren ¿se quedarían esperando para lanzarse a los brazos del ser amado?
Pensad por un momento que os dicen que tenéis que vivir en un mes todo lo que podáis porque luego ya no podréis hacerlo. ¿Tu esperarías? Yo no…

                   NO ESPERO DE MIS SUEÑOS MAS,
                                QUE LO QUE DE MIS SUEÑOS NACE. 



Todo lo que esperamos de nosotros mismos, todo lo que nos exigimos como imperativo legal sobre nosotros, las expectativas que proyecto sobre mi a corto medio  y plazo y que luego, la mitad de las veces no consigo, provocan en mi una enorme frustración y pensamientos de incapacidad personal a veces difíciles de reparar. Atentamos de este modo contra nosotros mismos, contra nuestra autoestima y contra nuestra seguridad personal. 
¿Tú permitirías que alguien te tratara así? ¿Entonces por qué lo haces tú contigo mismo? 

El objetivo en este caso es aceptarnos tal y como somos, creer en nuestras capacidades y aceptar nuestros errores. Viviendo el presente, el ahora, es así como dejaremos de esperar algo para el futuro y al exigirnos menos, aquello que consigamos nos gratificará más y las recompensas será más emocionantes y las viviremos con más intensidad. 


LA ESPERA DE LOS DEMÁS:

Escuchamos decir  continuamente que amigos, familiares,  compañeros, pareja, etc, me están fallando.
Esperamos de los demás más de lo que realmente ellos quieren dar, del mismo modo que ellos esperan de nosotros también. Ocurre que en el momento que no se obtiene el resultado esperado, la expectativa que tenemos en las otras personas no se cumple y nos sentimos decepcionados y frustrados por ello.

Con este modo de acción, llegamos a utilizar incluso el "chantaje emocional", manipulamos al otro, coaccionamos y si finalmente no conseguimos nuestro deseo, decimos que nos ha fallado, que nos ha defraudado, que esa persona no merece la pena.

En realidad, no es que esas personas nos fallen, sino que estamos limitando la libertad del otro, llegamos incluso a obligar a que se comporten de acuerdo a lo que esperamos de ellos, sin permitir que se manifiesten tal y como son y que nos den aquello que ellos quieran dar, con ello ni nos sentimos mejor ni hacemos crecer libremente a la otra persona, la relación nunca llegará a ser plena, estará condenada al fracaso en algún momento de la vida. 

¿Y cómo podemos dejar de sentir así?

Hay que aprender a dar sin esperar nada a cambio. Ofrecer lo que tengo si quiero o me apetece darlo. Analizando como me gusta a mi que me traten, aceptaré la libertad del otro. Unicamente si nos conocemos a nosotros mismos, salvamos nuestros miedos, cogemos el timón de nuestra vida y ganamos seguridad en nuestro ser, podremos dejar de esperar algo de los demás y con ello nos sentiremos mucho más liberados de la esclavitud de esperar algo de alguien. 

A todos nos gusta que nos reconozcan lo que hacemos, que nos alaben, que nos digan cosas bonitas, que nos valoren, pero de ahí a depender emocionalmente de ello hay una distancia prudencial. Dejar en manos de los demás nuestra propia felicidad, es un atrevimiento inútil que nos llevará al abismo de nuestra esencia. 

SI ESPERAS QUE LOS DEMÁS OPINEN DE TI, SERÁS UN ESCLAVO DE SUS PENSAMIENTOS. 


¡¡¡¡ LIBERATE YA, TU VIDA ES TUYA Y TIENES QUE VIVIRLA!!!!!